Siento que la gran cantidad y la, en muchos casos, dudosa calidad de toda la información a la que hemos estado y seguimos estando expuestos sobre la ya mítica recesión mundial está conformando percepciones entre la gente que al final no tienen mucho que ver con la realidad, y por el contrario son preocupantes.
Por lo que escucho constantemente a mi alrededor y si se me permite imaginar un simil para explicarlo, creo que la economía se está percibiendo como un tren que venía a toda velocidad y que de pronto se internó en un tunel de montaña oscuro, con un tipo de gravedad diferente y vizcosa que lo está obligando a ir cada vez mas despacio, en un slow motion increscendo, pero que en cierto momento (no estamos seguros de cuantos kilómetros tiene de largo) saldrá del tunel (primero verá la luz al final) con la misma velocidad y exactamente igual a como entró y yá, punto final, todos felices de nuevo (no estábamos conscientes de los felices que eramos antes de la crisis) pues se acabó la recesión.
La diferencia de esta percepción generalizada con la realidad es que el tren que por fin salga del tunel será totalmente diferente al que entró, y su velocidad seguramente tampoco será la misma con la que inició el viaje, pues las própias características y accidentes de este tunel lo irán modificando todo a lo largo del mismo hasta convertirlo en algo nuevo y radicalmente diferente y que por ahora, lamentablemente, no estamos muy ciertos en visualizar.
Esta percepción simplista de en A comenzó y en B terminará, es peligrosa en si misma porque implica la posibilidad de una esperanza pasiva, esperar a que el tren salga del tunel y montarme de nuevo, cuando por el contrario, mantenerse en movimiento a lomos del mismo a como de lugar, mientras se trasforma, es lo único que garantizará a nuestros negocios salir montados en él, no importa la forma, ni el modo, pues lo que si es definitivo es que el nuevo tipo de tren que va a emerger jadeando penosamente al final del tan manido tunel no tendrá escalerilla alguna para ser abordado, y es mas que seguro que pasará de largo.
Rafael Pérez-Toribio
martes, 17 de febrero de 2009
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